jueves, 6 de junio de 2013

Mercado Central, Concepción, Chile





INCENDIOS, PROVOCADOS O EVITABLES: UNA REFLEXIÓN SOBRE LA CONSERVACIÓN DE NUESTRO PATRIMONIO

AUTOR: Luis Cercós, restaurador de arquitectura, responsable metodológico de la empresa chilena Moguerza Constructora SpA.

Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo.
José Ortega y Gasset, Meditaciones del Quijote, 1914.

En abril de 2013 dos edificios patrimoniales sufrieron sendos incendios, el Palacio Iñiguez en Santiago y el Mercado Central de Concepción. Hablando exclusivamente de protección del Patrimonio, ya no importa descubrir si ambos incendios han sido accidentales o provocados, pues demoler total o parcialmente ambos edificios supondría premiar la intención de los supuestos autores materiales del hecho. Por otro lado, un accidente sólo lo es en la manera que inevitable y en ambos casos hay motivos suficientes para considerar como previsible lo que finalmente ocurrió. Estamos pues ante casos de negligencia.

En una visión contemporánea del Patrimonio, todos los monumentos tienen un doble valor, como pieza arquitectónica y como documento. Los recientes incendios y sus circunstancias, deben formar parte de la biografía de ambos monumentos una vez restaurados. Demoler y reconstruir estos edificios implica falsificarlos. Demolerlos y no reconstruirlos, una pérdida irreparable para el patrimonio. Elaborar un proyecto de restauración a partir de lo salvado, es el único camino a emprender.

¿Cómo intervenir sobre un edificio incendiado? La respuesta es simple: con criterio intelectual, pues eso es restaurar un monumento, un desafío conceptual  cuyo objetivo es devolver a la sociedad los restos consolidados de sus monumentos y sus circunstancias. Salvando sus circunstancias, los salvamos a ellos. 

Luis Cercós
Santiago, Chile