domingo, 17 de junio de 2012

La intemperie, UNA FORMA de ARQuitectura


Fotografía: Fernando Savater, filósofo español. Foto de Gonzalo Merat.

Nadie es responsable de sus admiradores, siempre que no los halague a sabiendas para ganarse su ovación. Incluso puede haber admiradores que tengan la honradez de preferir que se los trate como adultos y se les lleve la contraria. Otros, en cambio, son mucho más condicionales y de su admiración nos enteramos cuando nos notifican que ya la hemos perdido ... Este tipo de declaraciones animan y nos hacen sentir vivos porque demuestran que no nos hemos convertido en estatuas: seguimos caminando, tropezando y cayendo pero en marcha, mientras que el decepcionado se queda refunfuñando junto al monumento del pasado. Esa es la diferencia entre el orgullo y la vanidad (que sólo come de la mano ajena).


Lo que en el fondo uno quisiera encontrar de verdad es un pecho fraterno para morir abrazado, como en el tango, aunque sabemos que es muy raro que ese galardón se consiga por medio de un libro, un cuadro o una película. Solo a unos pocos se les puede pedir adhesión inquebrantable y a esos, happy few, no se les suele conquistar por vía de la estética sino utilizando trucos más sofisticados, como el amor y cosas así. Por lo demás es bueno acostumbrarse a la intemperie, que según el clásico también es una forma de arquitectura. 

Fernando Savater. Filósofo. Copyright: El País, 2012. Publicado en la página 21 del diario argentino Clarín, el pasado 11 de junio de 2012.