viernes, 1 de julio de 2011

Buenos Aires 100 Km (Pablo José Meza, 2004, Argentina)

La nostalgia no es solo un sentimiento que se siente cuando estás lejos de casa, sino también, como ahora me ocurre a mí, cuando tu casa está lejos de ti. Casa sin niños, casa sin ruidos, casa sin mujer. Solo.

Así que ahora, con todas mis hijas lejos de mí y por tanto sin casa en la que cobijarme al llegar la noche, suelo decidir trasladarme yo, al menos acústicamente, al lugar donde una de ellas está, la más chiquita de mis hijas, la Argentina. Y para ello, al menos una vez por semana me gusta escuchar el acento y los modismos del español de allá. El viernes pasado por ejemplo, después de trabajar, en lugar de venir a la ausencia de casa, decidí viajar al interior de una sala oscura y ponerme a soñar. Ricardo Darín estaba por allí (Un Cuento Chino, Sebastián Borensztein, 2011, Argentina).

Entre ayer y hoy (a veces divido la experiencia en dos tiempos para disfrutar de la tonada en días sucesivos, como prolongando artificialmente la añoranza o el deleite) he visto la premiada opera prima de Pablo José Meza (Buenos Aires 100 Km, 2004, Argentina). Cuenta el despertar a la próxima e inmediata madurez de 5 chicos de 13 años que viven en un pueblo cualquiera, a 100 km de la capital.

Secretos y mentiras, decepciones, insatisfacciones y desengaños, desencuentros, vocaciones equivocadas, historia de amor. Todo lo tengo ya tan lejos (también tuve 13 años) y sin embargo tan fresco en mi memoria. No me cambio por ellos, ni ellos deberían hacer lo mismo por mí. Cada cosa a su tiempo y disfrutando del camino.

La muchacha porteña se tiene que ir. El chico le regala lo más valioso que tiene, el fruto de su vocación.

- ¿Nos volveremos a ver?
- Será difícil Esteban. Cuando alguien se va, …, se va

No será la primera vez en la vida que se tenga que despedir de alguien, pero todos sabemos lo que duele decir adiós a una parte de nosotros mismos.

Por cierto, el jueves volví a ver Casablanca (Michael Curtiz, 1942, USA). También hay una despedida, pero ellos al menos recuperaron París. O lo que es lo mismo, la nostalgia por los días que pasaron allí.

Luis Cercós (LC-Architects)
http://www.lc-architects.com/