sábado, 11 de junio de 2011

Lilja Chapel, Vesa Oiva, Finlandia, 2006




Uno de los encargos que me gustaría afrontar es la realización de un lugar de reflexión en el que se sintieran recogidas personas de distintas religiones, incluidos agnósticos, aconfesionales y ateos. Un lugar para encontrarnos con nosotros mismos y cada uno con nuestro propio dios. Un lugar ecuménico de recogimiento, silencio y meditación.

Hay muchos ejemplos en la arquitectura actual, pero pocos tan aparentemente sencillos como la Lilja (“azuzena”) Chapel, fruto de un concurso de arquitectura patrocinado por la empresa finlandesa de papel y madera UPM y que ganó Vesa Oiva, socia fundadora (2006) de Anttinen Oiva Arkkitenhdit (AOA), cuando aún era estudiante de arquitectura.

Un sencillo edificio prefabricado y transportable, construido inicialmente a 190 kilómetros al sur del Círculo Polar Ártico, en Finlandia, de solo 100 metros cuadrados y en forma de estrella de tres puntas (no parece un azar la elección de las tres puntas), con brazos de sección triangular, uno de ellos ligeramente más largo que los otros dos, apenas equipado, con instalación de calefacción y electricidad bajo el pavimento y dos sencillos bloques de madera para reposar.

La autora, Vesa Oiva, explica su magníficamente sencilla obra:

En la capilla no hay símbolos religiosos reconocibles. Quería que el único símbolo sagrado fuera el propio bosque del entorno, el primer espacio sagrado para la mayoría de los finlandeses.
Luis Cercós (LC-Architects)

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