jueves, 29 de julio de 2010

arte, vida y arquitectura


En contadas ocasiones la arquitectura se transforma en arte. No siempre lo es. Con las corridas de toros ocurre lo mismo. Por cierto ayer el parlamento catalán, una parte importante de España pero no más ni menos que cualquier otra, las ha prohibido a partir de 2012 por 68 votos contra 55.

Podría hoy hablar de una cosa (la prohibición) o de la otra (Cataluña vs España), pero prefiero centrarme en un debate más amplio y, para mí, mucho más interesante en la medida en la que nos ayuda a replantearnos nuestra verdadera posición como estudio de arquitectura: ¿qué tipos de funciones cumple el arte?, ¿quieren nuestros clientes que les entreguemos una obra de arte o por el contrario, simplemente un edificio funcional, ajustado en plazos y costes?

El hombre moderno (genérico que incluye, por supuesto, también a las mujeres modernas) acumula tensión con sus obligaciones domésticas y laborales. Tomando lo cotidiano como escenario de la vida, el arte (o las expresiones artísticas) pueden o pudieran ofrecerle un efecto balsámico, proporcionando alivio, relajación y estímulos. Es sencillo encontrar esas sensaciones en las artes denominadas temporales: la música, el teatro, el cine, la danza (la tauromaquia, incluso), pero no es la única manera de conseguirlo. La arquitectura, al domesticar y moldear el espacio que nos rodea, tiene mucho que decir a este respecto. También el deporte, en la medida en que algunos deportistas son capaces de practicar su disciplina de una manera mucho más personal y creativa que el resto de sus colegas, generando en el público que los sigue, sensaciones de satisfacción, placer o admiración.

La respuesta, por tanto, es sí. Sí. No sólo debemos entregar edificios funcionales y ajustados en precio y plazo, sino que debemos intentar generar en los usuarios de nuestro trabajo sensaciones que les permitan sobrellevar las circunstancias que los definen como hombres y mujeres.

El arte o el camino que nos conduce hacia él es más una cuestión de estética que de ética. Más de forma que de función. Más de lírica que de pragmatismo.

O al menos nosotros, lo vemos así.

Luis Cercós (LC-Architects)
http://www.lc-architects.com/
luiscercos@hotmail.es

lunes, 26 de julio de 2010

cine de verdad, personajes de animación




Ya hemos comentado en pasadas ocasiones que tener hijos pequeños, entre otras muchas satisfacciones, te permite tener una excusa comprensible para ir a ver uno de los géneros que hoy día está aportando un mayor número de obras maestras: el cine de animación, que es como ahora se llama al viejo, y a veces denostado, cine de dibujos animados de nuestra infancia.

El pasado viernes saboreé la crítica de Carlos Boyero (EL PAÍS, Revista de Verano, página 47, "el juguete elevado a obra de arte") y desde ese momento tuve la imprescindible e inaplazable necesidad de ver Toy Story 3, la última creación de los genios de Pixar para Walt Disney.

“Después de excesivo tiempo fatigoso, aséptico, irritante o desolado para ese acto que siempre debería ser anhelante y feliz y que consiste en ir al cine, llega una película que colma las expectativas, de la que sales sonriente y conmovido, que justifica el precio de la entrada.
...
El frenético arranque de Toy Story 3 es deudor de la última cruzada de Indiana Jones. Pero también hay comedia loca. Y terror (ese oso paternal que huele a fresa, ese bebé monstruoso), aventura, piedad, humor, tensión. También puede humedecerte los ojos. Ninguna vergüenza en ello. No falta ni sobra nada en esta obra maestra”.

Y efectivamente, volví a llorar, como no lo hacía desde aquellos tiempos lejanos en que veía por televisión aquel cine al que me aficioné como un loco, generalmente en blanco y negro y sábado por la tarde, cuando todavía no tenía edad para dormir la siesta. Películas que me han acompañado a lo largo de mi vida, una y otra vez, cada vez que necesitaba un amarre en el que apoyarme o una excusa para recordar la historia de aquellos capitanes intrépidos que vivían y morían en el mar (Captains Courageous, Victor Fleming, 1937) o las hazañas de los yanquis de Nueva York (The Pride of the Yankees. Sam Wood, 1942).

Cine con mayúsculas. Cine de verdad. Id a ver la última película de Pixar. Pero no le digáis a mi mujer que se me escapó una lágrima porque si no se va a vengar de mí cada vez que la vuelva a decir con cariñosa complicidad:

- ¿Te pasa algo en los ojos?. :-)
Por cierto Raphäel, gracias por acompañarme al cine.

domingo, 25 de julio de 2010

Apropósito del "estilo" o de la ausencia de él


Cuando hablamos de artistas, entendemos generalmente por estilo a las características que le identifican de otros colegas. Recíprocamente, hablaríamos de ausencia de estilo cuando nos referimos, bien a creadores que han intentado constantemente buscar nuevas maneras de expresarse o bien a otros que nunca han encontrado su lugar bajo el sol.

En arquitectura (como en cualquier otra disciplina artística) conviven arquitectos con una voluntad de estilo propia que los hace fácilmente identificables, con otros en los que cada uno de sus trabajos supone una nueva intención de avanzar.

Recuerdo en la escuela de arquitectura la pregunta que un día dejó en el aire uno de mis profesores:

- ¿Por qué los arquitectos, una vez que han alcanzado la nota máxima en una de sus obras (una vivienda unifamiliar, por ejemplo) no se suelen conformar con repetirla en otro lugar? ¿Por qué esa necesidad de cambiarlo todo, casi todo o la mayoría de las cosas en cada nuevo encargo? ¿Sería lícito volver a visar planos casi idénticos? ¿Les cobramos a nuestros clientes exclusividad o nuestros honorarios implican sólo atención, dedicación, competencia y responsabilidad?

Pudiera venir a cuento todo esto del concierto que Caetano Veloso nos ofreció en Madrid el pasado 21 de julio (Veranos de la Villa 2010).

Frente a músicos que repiten constantemente sus melodías o incluso sus letras, Caetano (67 años), no contento con vivir confortablemente en el lugar que le ha hecho mundialmente famoso (la bossa nova), se ha reinventado completamente.

Es evidente que el público madrileño (hacía 7 años que el cantante no actuaba en Madrid) tiene derecho al desconcierto y al asombro, pero pasada esa primera impresión queda en el recuerdo la voluntad de experimentación de un hombre que ya ha pasado la tradicional edad occidental de jubilación.

Quizá no asistiesemos al mejor concierto de Caetano Veloso. Quizá no sea su mejor disco. Quizá no estemos hablando del más poético, del más glorioso. Pero no hay duda de que allí, rodeado de 3 músicos a los que doblaba sobradamente la edad, había un artista que todavía tenía muchas cosas que decir.

Fisac, Higueras, Saiz de Oiza y muchos otros arquitectos se reinventaron constantemente. Algunos lo llaman ausencia de estilo. Para mí se trata, simplemente, de genio, capacidad creativa y muchas ganas de vivir.

Luis Cercós (LC-Architects)
http://www.lc-architects.com/
luiscercos@hotmail.es

domingo, 18 de julio de 2010

A propósito de la restauración de edificios

Acostumbraba yo a cerrar mis clases de restauración arquitectónica con una diapositiva que mostraba el antes, después y otra vez antes, de una mujer que pasaba una y otra vez por la camilla de un conocido cirujano plástico.

Imaginen ustedes, solía yo decir, que un edificio antiguo es, en cierto modo, como nuestra abuela más querida. Un día, nuestra abuela se rompe, pongamos por caso, una pierna. Y aprovechando el postoperatorio, el médico de nuestra abuela decide comenzar a proponerla operaciones de falso rejuvenecimiento. Digo falso porque la abuela, al fin y al cabo, tiene los años que tiene.

En cierto modo, algo similar ocurre cuando nos encargan la reparación de una cubierta y, aprovechando el andamio, nos ponemos a eliminar pátinas, consolidar sillares e hidrofugar fábricas.

Un día, el médico de nuestra abuela nos llama para decirnos que le ha dado el alta médica y que ya podemos pasar por el hospital para recogerla. Pero cuando llegamos a la recepción, no reconocemos a nuestra abuela porque la mujer que allí nos espera, se parece extraordinariamente a nuestra madre, o lo que es peor, a nuestra hermana.

Y un día, al visitar una de nuestras viejas obras comprobamos que nuestro afán restaurador borró los signos de antigüedad del edificio y entonces comprendemos que “restaurar” es devolver la funcionalidad y no la juventud.

Pues los monumentos, al igual que los abuelos, son, por definición, mucho más viejos que nosotros.

Luis Cercós (LC-Architects)
http://www.lc-architects.com/
luiscercos@hotmail.es

Sobre la tempestad y la calma





El día que ganamos al Athleti de Bilbao, para celebrar la Liga, se organizó una cena. De aquel episodio yo me mantengo al margen por razones obvias, porque era el Director General y el Presidente los que negociaban la forma de celebrar el título con los jugadores y se hizo muy mal y eso pasa factura. Los capitanes hablaron con el Presidente y no fue una situación agradable, un asunto menor terminó por encrespar los ánimos. De un Fernando Hierro renovado se pasó a fulminarlo con el consiguiente coste económico para el club.


Con estas palabras explicaba Vicente del Bosque, en 2005, la forma en la que Fernando Hierro fue despedido del Real Madrid, pocas horas antes de que él mismo conociese también que el club prescindía de sus servicios. Hoy, EL PAÍS, suplemento “domingo”, 18 de julio de 2010, páginas 3 y 4), lo recuerda así:

Entre uno y otro compromiso, Del Bosque hizo una parada en el Bernabeú mientras su mujer, Trini, aguardaba en el coche. … “No vas a seguir”, le dijo Valdano. “Algo así me podía imaginar”, respondió Del Bosque.

A pesar de que había pasado 36 años en el club, la conversación de finiquito, en mitad de un pasillo, apenas duró un par de minutos. En el trayecto hacia la Gran Vía, Del Bosque recibió la llamada de Fernando Hierro (en aquel momento, capitán de la primera plantilla del Real Madrid, C.F.):

- Me han echado, míster.

Recuero los años en los que cualquier contratiempo suponía el fin del mundo. El fin de mi mundo. Hoy, 45 años cumplidos, sé que todo cambia y que es precisamente en los malos momentos donde se cimenta el futuro.

Cinco años después, Fernando Hierro, volvió a llamar a Vicente del Bosque, ésta vez desde su puesto de director técnico de la Real Federación Española de Fútbol:

“¿Te puedo proponer como seleccionador nacional?”.

El pasado domingo, aquellos dos defenestrados subieron a un avión con destino a España y viajaban acompañados de la Copa del Mundo, el más importante trofeo del mundo del fútbol y la copa de mayor repercusión mediática mundial.

En otras palabras, la victoria de dos supervivientes. O como dice hoy Manuel Vicent:

Vicente del Bosque por fuera parece un español algo rudo, pero su alma no responde para nada a su diseño exterior. En realidad este hombre posee un espíritu dotado por naturaleza con todas las virtudes anglosajonas más refinadas, que costarían un dineral si tuviera uno que aprenderlas en Oxford o en Cambridge.

Por cierto, esta crisis algún día va a terminar y el otro día le recordé al banco en el que domicilié allá por septiembre de 1981 mi primera nómina que cuando la tormenta amaine a nosotros nos pillará haciendo arquitectura. Como siempre ha sido y a pesar de todo y de todos.



Carpintero, el hijo del arquitecto



A Mariela, feliz cumpleaños.



Así, en muchos viejos palacios habaneros, en algunas ricas mansiones que aún han conservado su traza original, la columna es elemento de decoración interior, lujo y adorno, antes de los días del siglo XIX, en que la columna se lanzara a la calle y creara […] una de las más singulares constantes del estilo habanero: esa constante es la increíble profusión de columnas, en una ciudad que es emporio de columnas, selvas de columnas, columnata infinita, última urbe en tener columnas en tal demasía, columnas que, por lo demás, al haber salido de los patios originales, han ido trazando una historia de la decadencia de las columnas a través de las edades.
fragmento

La ciudad de las columnas,



Hace 2 años, celebrábamos el cumpleaños de mi mujer en uno de los lugares del mundo donde más fácil resulta ser feliz: La Habana (Cuba). Repaso de memoria los momentos vividos en aquellos días mientras llegan a España noticias contradictorias de la isla que prefiero por un momento obviar (aunque no debería) para acercarme simplemente a la ciudad que me apasiona: la aparentemente abandonada, inacabada, parcialmente envejecida villa de San Cristóbal de La Habana, la ciudad de las columnas de Alejo Carpentier.


La arquitectura está presente en la literatura de Alejo Carpentier como no podía ser de otra manera, pues fue estudiante de esta disciplina (en 1921 preparó su entrada en la escuela de Arquitectura de la Universidad de La Habana, aunque abandona los estudios con posterioridad) e hijo de arquitecto, el francés Georges Julien Carpentier. Su madre, Lina Valmont, era profesora de idiomas de origen ruso. Mestizo y cosmopolita, como es y me gustaría que fuese mi propia familia. Muchos puntos de unión con nuestra propia vida. Al fin y al cabo, todos estamos hechos de la misma materia.


Su padre, igual que el padre de mis hijos, estaba «convencido de la decadencia europea y ansiaba vivir en un país joven». Y a Cuba se fueron.


Nacido en Suiza, creció Carpentier en una Cuba de «hombres mal nutridos, cargados de miseria, mujeres envejecidas prematuramente; niños mal alimentados, cubiertos de enfermedades».


El rastro moría al pie de un árbol. Cierto era que había un fuerte olor a negro en el aire, cada vez que la brisa levantaba las moscas que trabajaban en oquedades de frutas podridas. Pero el perro -nunca lo habían llamado sino Perro- estaba cansado. Se revolcó entre las yerbas para desrizarse el lomo y aflojar los músculos. Muy lejos, los gritos de los de la cuadrilla se perdían en el atardecer. Seguía oliendo a negro. Tal vez el cimarrón estaba escondido arriba, en alguna parte, a horcajadas sobre una rama, escuchando con los ojos. Sin embargo, Perro no pensaba ya en la batida. Había otro olor ahí, en la tierra vestida de bejuqueras que un próximo roce borraría tal vez para siempre. Olor a hembra. Olor que Perro se prendía del lomo, retorciéndose patas arriba, riendo por el colmillo, para llevarlo encima y poder alargar una lengua demasiado corta hacia el hueco que separaba sus omóplatos.


Los fugitivos, fragmento


Hoy, La Habana tiene casi dos millones y medio de habitantes, las tres cuartas partes de todos ellos tienen menos de 20 años. Ciudad de esperanza, por tanto. Ojalá que así sea, pues en cierto modo siempre fue así. Como Troya, múltiples veces reconstruida. Varias veces renacida. Ocurría con frecuencia durante el siglo XVI, cuando La Habana resurgía cada vez que era destruida por los piratas y corsarios franceses.


Y ocurrió el 1 de enero de 1959 cuando fue testigo y altavoz de la victoria de la revolución, en aquel momento la única y más grande de las esperanzas. ¿Qué ha quedado de todo aquello? No todo es blanco o negro, como dicen los medios de allá o critican los de acá.


De aquellos obligados caminares por La Habana Vieja me quedó una siempre renovada emoción al contemplar, de años en años, sus casas antiguas, sus rejas andaluzas, puertas claveteadas, pórticos barrocos, portafaroles, guardacantones y guardavecinos… Muchas páginas he escrito desde mi adolescencia acerca de La Habana Vieja “de intramuros”, con sus calles eternamente abocadas al mar, completadas en su panorama por un velamen, la proa de una balandra, la quilla de un buque, se hace ciudad de misterios, de nocturnidad, de cuchicheo detrás de persianas, de invitaciones al viaje que, con solo cruzarse el puerto, puede conducir a las suntuosas coreografías de una iniciación ñáñiga, a un encuentro fortuito con gente de otras latitudes que remozan en pleno trópico, la literatura del anhelo de evasión y del muelle de las brumas…


Un hombre de su tiempo, fragmento

sábado, 17 de julio de 2010

Centro de Tencologías Audiovisuales de La Solana (Ciudad Real)





Top architects




Claudia Schiffer, Cindy Crawford, Naomi Campbell, Christy Turlington, Linda Evangelista, Helena Christensen, Carla Bruni, Eva Herzigova y Nadja Auermann reinaron en la moda durante toda la década de los años noventa. Eran más deseadas que las más famosas actrices, el mundo bailaba a su alrededor, aparecían en las portadas de las revistas más importantes del mundo, posaban frente a la cámara de los fotógrafos más prestigiosos y las firmas más exclusivas las contrataban para sus millonarias campañas publicitarias, cobraban cifras astronómicas y se transformaron en marcas y empresarias.

En abril de 2010, las cuatro primeras modelos del último desfile de Cristian Dior en París respondían a los nombres de Karlie Kloss, Maryna Linchuk, Alla Kostromichova y Daria Strokus, absolutas desconocidas para el público no especializado.

¿Por qué terminó el reinado de las supermodelos? Los expertos no se ponen de acuerdo: quizá el gusto por el aire aniñado que impide a las nuevas modelos tener una carrera longeva, quizá la falta de apoyo de directores de revistas y diseñadores de moda que no quieren volver a estar en manos de un grupo de extravagantes y caprichosas divas, quizá una simple consecuencia de un más que discutible cambio social. Curiosamente, la única modelo que ha sido posteriormente capaz de captar el interés general, Kate Moss, era precisamente la antítesis de las anteriormente citadas.

En cierto modo, algo similar está ocurriendo hoy con los arquitectos estrella: la arquitectura icono está terminando. ¿Consecuencia única de la crisis económica mundial o fin de un modelo gastado y manipulado?

Hoy, Estrella de Diego (EL PAÍS, Babelia, 17 de julio de 2010, página 19) reflexiona sobre la falsa impostura de ciertos edificios y de este tipo de arquitectura:

“Ahora que se ha puesto de moda el concepto de “sostenibilidad” –que también empieza a ser un valor de cambio para algunos, por cierto, a medio camino entre ecología y reciclaje- los edificios icónicos y caros son parte del pasado: va a empezar a dejar de llevarse la rúbrica de los grandes estudios de arquitectura”

Y en medio de este cambio, la oportunidad para otros muchos de poder demostrar solvencia, preparación, capacidad de gestión de presupuestos y recursos humanos, respeto por los plazos y pasión por lo que queremos y sabemos hacer. O al menos lo intentamos: arquitectura.

Como decía Didier Fernández, el agente de toda la vida de Linda Evangelista (http://www.elpais.com/articulo/portada/fin/supermodelos/elpepusoceps/20100418elpepspor_10/Tes):

Eso de las top siempre fue un invento. Para mí, sólo hay tres categorías de modelos: buenas, normales y malas. Una mala no tiene futuro alguno. Una normal hará dinero y trabajará un tiempo. Una buena trasciende tendencias y épocas. Son mujeres interesantes, están interesadas en lo que hacen y duran. ¿Qué ha pasado con el trabajo, con aprender y crecer? Es como decir que un doctor es un genio tras su primera operación.

Luis Cercós (LC-Architects)

miércoles, 14 de julio de 2010

Metro Ligero


Había estudiado en las clases de urbanismo la existencia, en muchas ciudades del mundo, de un sistema de transporte a medio camino entre las líneas ferroviarias subterráneas (el metro convencional) y los antiguos tranvías urbanos.

El Metro Ligero se caracteriza por ser muy accesible al viajero, al discurrir en gran medida en superficie, y por su conexión directa con el Metro convencional o el ferrocarril de cercanías. Su menor coste de implantación permite ampliar la red metropolitana a los municipios limítrofes.

No lo había tomado nunca hasta que ayer descubrí que una de las formas más rápidas de enlazar mi domicilio (en Madrid) con nuestro estudio (en Alcobendas) era utilizar la línea de metro ligero que une Pinar de Chamartín con la estación de Las Tablas y una vez allí, enlazar con el Metro Norte.

Pensaba ojear el periódico, como casi siempre que utilizo el transporte público, pero ayer algo me incitó a mirar a mis compañeros de viaje. Gente común que vive y trabaja en distintos municipios, acostumbrados a estirar sus exiguos salarios, ajenos al extravagante sobrecoste de utilizar unipersonalmente un coche pensado para trasladar a toda una familia.

A pesar de que la huelga de trabajadores del Metro de Madrid que reducía el paso de los trenes en un 50%, no vi en sus rostros aspecto malhumorado, tensión excesiva o tendencia a la depresión. Al contrario, los viajeros leían sus periódicos o libros de bolsillo; jugaban con sus móviles o hablaban a través de ellos aprovechando el viaje en superficie y la perfecta cobertura; escuchaban música, dialogaban, miraban por la ventanilla, sonreían.

A eso de las dos de la tarde de hoy he recibido una nueva llamada de mi banco. Qué lejos aquellos días en que la televisión, la clase política y los bancos, nos enseñaron a vivir por encima de nuestras posibilidades, estimulando constantemente el gasto de los que no tenían/no teníamos verdadero dinero.

Quizá mañana me anime a hablar de los pisos de segunda mano en lugar de los de nueva construcción o de las ventajas del alquiler sobre la enorme mentira de considerar tuyo lo que sólo es papel mojado.

Me gustó tanto la experiencia que hoy he vuelto a venir a la oficina en Metro Ligero.

Y el sol, por cierto, quizá porque estamos en julio y en el hemisferio norte, sigue luciendo potente y maravilloso.

Luis Cercós (LC-Architects)
http://www.lc-architects.com/
luiscercos@hotmail.es

martes, 13 de julio de 2010

Comedor Escolar Colegio Público El Humilladero

Por Álvaro García http://www.agvcarquitectura.com/
Cuando recibimos el encargo por parte del Ayuntamiento de La Solana, para la realización del proyecto básico de un pequeño comedor de 60 plazas para el colegio público del Humilladero, lo primero que hicimos fue desplazarnos al lugar y empaparnos In Situ del contexto de la futura construcción. Desde LC-Architects consideramos que el análisis del lugar y su relación con el entorno próximos resultan imprescindibles para llevar a cabo cualquier tipo de intervención de una mínima calidad proyectual.


Durante la visita, tuvimos muy en cuenta aspectos tan importantes como la orientación, los principales recorridos, la escala de las edificaciones colindantes, la vegetación preexistente, las vistas más interesantes, etc. Con toda esta información del lugar y con un programa, perfectamente definido por parte del cliente, en el que aparece un comedor para sesenta escolares, una gran cocina, lavadero, despensa, cuarto de limpieza, aseos, etc. comenzamos a abordar el proyecto.





La solución adoptada fue un pequeño volumen sencillo al exterior, con un muro ligeramente expresivo gracias a su pequeña desviación con la alineación del resto de edificaciones anexas, en este muro se encuentra un gran paño de vidrio orientado de forma que produzca el soleamiento más optimo en las horas en las que los escolares comen. Dos accesos principales, uno para los empleados de cocina a través de la calle contigua al edificio, y otro acceso para los comensales, desde el patio de juego, accesos claramente diferenciados e independientes. Por lo tanto el interior del comedor se diseña principalmente atendiendo a los recorridos interiores y a los accesos de los usuarios, trabajadores y mercancías.


En el lado ciego del volumen del comedor se plantea una pequeña área de espera y esparcimiento para los padres que esperan a su hijos en la puerta del colegio, ya que tras la toma de datos inicial, nos percatamos de que los padres se veían obligados a esperar en la puerta del colegio. De esta forma conseguimos conservar también el mayor numero de arboles y a su vez ponerlos en valor integrándolos en el proyecto.




Como resultado, la propuesta planteada, resulta muy sencilla al exterior, con un interior enormemente expresivo y singular, un lugar acogedor y versátil donde los escolares puedan esparcirse y evadirse del colegio durante un par de horas al día. Desde nuestro estudios no entendemos un proyecto, por muy pequeño y ajustado que pueda ser su presupuesto, sin que este funcione como una máquina perfecta para la cual fue concebido.

Nuevas ciudades del mundo (7): la ciudad desigual



La celebración de la Copa del Mundo 2010 ha supuesto, entre otras muchas cosas, una revisión de la situación política y económica de África en general y de Sudáfrica en particular.

Quizá influenciado por la cotidianidad, por la vejez de Nelson Mandela, por las anteriores películas de Clint Eastwood y de Morgan Freeman o simplemente por la facilidad con la que se puede comprar el visionado del cine más reciente en los canales digitales, visioné con mi mujer este fin de semana Invictus, la película basada en el factor humano, el libro de John Carlin(http://www.elpais.com/especial/oscars/invictus.html).

Parece claro que la Sudáfrica actual es un joven país que lentamente va alejando, que no olvidando, las tristes historias del apartheid racial. Pero, desgraciadamente, queda todavía mucho camino por andar.

El desempleo en el país (un 16% en 1990, aunque posiblemente a costa de sueldos absolutamente miserables para la mayoría) es hoy de un 40% (las cifras oficiales hablan de un 23%). La tasa de pobreza afecta al 50% de la población y fundamentalmente a la mayoritaria población negra. El 10% de los hogares más ricos del país concentra el 50% de la riqueza y el 40% de los sudafricanos más pobres, tienen acceso, únicamente al 7% de la riqueza.

Una pequeña proporción de la población negra ha podido acceder a la nueva clase media y a propósito de eso, Josep Maria Antentas y Esther Vivas, autores del libro “Resistencias Globales. De Seattle a la crisis de Wall Street”, hablaban el pasado 5 de julio (Público, opinión, página 7) de un nuevo tipo de apartheid sudafricano: un apartheid económico o “de clase”.

“En Suráfrica, miles de personas viven en chabolas y la burbuja inmobiliaria de los años recientes de crecimiento económico y boom especulativo ha hecho aumentar el precio de la vivienda en un 400%”.

En este contexto las inversiones en dotaciones deportivas para acoger el mundial de fútbol han supuesto un gasto equivalente a todo lo invertido durante el último decenio en vivienda pública.
O lo que es lo mismo, nuevas infraestructuras en Sudáfrica que la mayoría de los sudafricanos no pueden ni soñar con disfrutar. Al menos, por el momento.

Pero lo peor de todo todavía está por comentar: muchos de los movimientos de liberación social, integrados algunos de ellos por habitantes de las chabolas en el entorno de las grandes urbes, no han podido superar la restricción oficial a cualquier tipo de manifestación hasta el 15 de julio.

Las autoridades sudafricanas de hoy les dejarán manifestarse nuevamente, cuando los extranjeros ya se hayan ido.

Aunque esto último no parece importar mucho al mundo ni a la FIFA.

lunes, 12 de julio de 2010

Modernismo catalán y tres partidos de fútbol



Ayer España ganó su primer mundial y me alegro. Quizá hoy debería hablar de ese triunfo, pero ya sabéis que últimamente me parece más didáctico crecer perdiendo que regodearse en el éxito, por muy importante que sea. Si algo hemos aprendido a estas altura de la vida, es lo fácil que resulta comenzar a tener mala suerte. Así que permitirme que comente un suceso del partido de cuartos entre Uruguay y Ghana que explica gran parte de la telegenia del deporte más seguido por la población mundial.

El técnico serbio Milovan Rajevac ha sido durante el mundial de Sudáfrica 2010 el seleccionador de Ghana, pero no sabe nada de fútbol. El pasado sábado leí en varios periódicos sus declaraciones a propósito de la mano del delantero uruguayo Luis Suárez en el último minuto de la prórroga del partido de cuartos de final del Mundial:

"Algunos dicen que Suárez es un héroe y ahora él está orgulloso. Piensen un poco. No es un héroe, es un vulgar tramposo. ¿Qué mano de Dios? Fue la mano del diablo".

No contento con demostrar al mundo su ignorancia Rajevac señaló que la FIFA "debería cambiar las reglas después de este fraude".


El fútbol tiene unas reglas muy simples. Falta o mano del equipo defensor en su propio área es penalti y eso, le guste o no, a Mr. Rajevac es parte del fútbol. Luis Suárez utilizó esa regla en el último minuto porque no tenía otra opción, el árbitro lo vio, le expulsó del partido y pitó penalti. Además, Uruguay no pudo contar con la participación de Suárez en el partido de semifinales y eso benefició posterior y claramente a Holanda.

El problema para Ghana fue que el jugador encargado de tirarlo, lo falló. Cosas del fútbol.

Casos completamente distintos son otros hechos aparentemente iguales y que algunos articulistas malintencionados o desinformados han pretendido igualar: la “mano de Dios” de Maradona en el partido contra Inglaterra durante el mundial de México 1986 (http://es.wikipedia.org/wiki/La_mano_de_Dios) o la mucho más reciente mano de Thierry Henry que clasificó a Francia para Sudáfrica 2010 en perjuicio de Irlanda (http://www.marca.com/2009/11/18/futbol/mundial_2010/1258583944.html), pues en ambos casos, tanto el argentino como el francés, sólo reconocieron la infracción con posterioridad al partido y su picardía no fue penalizada en el campo. También es parte del fútbol dar patadas, tocar con la mano, protestar e intentar engañar a los árbitros pero no es lo mismo una conducta antideportiva que utilizar el reglamento con todas sus consecuencias.

Viene a cuento todo esto del litigio que estamos siguiendo contra el Ayuntamiento de Madrid en lo referente a la defensa de las pinturas que hemos realizado en la fachada de un edificio decimonónico madrileño (C/ Orellana, 5), pues una cosa es hacer algo ilegal y otra muy distinta aprovechar las lagunas normativas para abrir nuevos debates y caminos profesionales.
Salvando las distancias, lo mismo que ocurrió a principios de siglo XX en las intervenciones urbanas de lo que entonces se llamó la “manzana de la discordia” del Plan Cerdá (situada en el Paseo de Gràcia, entre las calles Aragó y Consell de Cent) y que hoy reúnen al más famoso conjunto de edificios modernistas de Barcelona: en el nº 35, la casa Lleò Morera, de Domènech i Montaner; un poco más adelante, la casa Amatller diseñada por Puig i Cadafalch; y, finalmente, la casa Baltlló, obra de Antonio Gaudí.

Por cierto, Diego Forlán, segundo capitán de la selección uruguaya, ha sido elegido Bota de Oro del Mundial. Me dice mi mujer que lo reseñe y yo, obediente, aquí lo hago.


viernes, 9 de julio de 2010

Vicente del Bosque (Salamanca, 1950)




La gente que me conoce sabe que nunca fui un apasionado seguidor de la selección española de fútbol. Antes preferí seguir los triunfos de determinados deportistas individuales (Severiano Ballesteros, Rafael Nadal); otros deportes (el atletismo); otros eventos (prefiero la Olimpiada a cualquier mundial) o al equipo de fútbol de mi infancia (“el 9 siempre lo llevará un jugador de nombre Santillana”).



Reconozco que tengo una enorme ilusión ante la final del próximo domingo: por mi mujer (que se me ha descubierto como una apasionada mundialista y que tras la decepción argentina y la dignísima derrota uruguaya, se ha convertido en seguidora de estos pequeños “gallegos” que juegan tan bien); por mis dos hijas mayores (que, aunque no pueden ver los partidos conmigo, me cuentan que los viven con las caras pintadas y gritos de emoción) o, por los dos pequeños, que ya llegará el momento en que se asomen a esto del fútbol).



Pero fundamentalmente porque la selección está jugando bien; por todo un país (España, el mío al fin y al cabo) que lo está pasando mal, muy mal, y que merece olvidarse durante unos días de problemas, política, economía y de finanzas y, sobre todo, por un seleccionador con el que, por fin, me identifico y que ha conseguido ensamblar un equipo de todos y para todos.



Motivos tendría Vicente del Bosque para “agrandarse” y no lo hace: le despidieron por la puerta de atrás del Real Madrid, tras toda una vida en la casa blanca (4 ligas y 4 copas del rey como jugador; 2 copas de Europa, 2 ligas, 1 supercopa de España, 1 supercopa de Europa y una copa Intercontinental como entrenador):



“Hay entrenadores que no necesitan levantar el dedo índice y dar la vuelta al ruedo tras superar una eliminatoria europea en campo ajeno. … Su carisma es otro. … Es el caso de Vicente del Bosque, que podría sentirse en la cima del mundo, pero alcanza una final mundialista, se abraza con su fiel Toni Grande y acude en búsqueda de su colega derrotado, Joachim Löw, con el que estrecha la mano de forma afectuosa y educada”. (EL PAÍS, 9 de julio de 2010, deportes, página 49)



Nacido en 1950, castellano viejo y sobrio, hijo de un ferroviario republicano y derrotado, ha sido el único seleccionador de la Copa del Mundo 2010 que nunca felicitó a los jugadores que cambió; el único que no celebró ostentosa y aparatosamente los goles que su equipo marcó; el único que no participó con el resto de la plantilla después de los triunfos.








"La imagen de un seleccionador es la imagen del país que representa. En España también pasan cosas muy buenas. El país ha cambiado muchísimo en los últimos 30 años y, como ciudadanos, debemos sentirnos orgullosos de tener tan buenos deportistas entre nosotros".


(Vicente del Bosque, Sudáfrica 2010).





Si alguna vez me vuelve tocar a ganar, espero saber hacerlo como Vicente del Bosque. Ojalá traigáis la Copa del Mundo a España.



Luis Cercós (LC-Architects)
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martes, 6 de julio de 2010

La Solana podría ser “Conjunto Histórico”

La Solana se encuentra trabajando activamente para conseguir que el centro de la ciudad sea declarado conjunto histórico. Es lo que confirmó, en declaraciones a globalCastilla-LaMancha, el director de las obras de restauración que se están llevando a cabo en la localidad, Luis Cercós, quien explicó que La Solana tiene en su centro histórico, esto es, las calles y manzanas que rodean a la Plaza Mayor, “un porcentaje muy alto de edificios catalogados.” Entre ellos se encuentran  dos bienes que ya gozan de la declaración de interés cultural, como son la Iglesia de Santa Catalina y el palacio Don Diego.
 
Sin embargo, la tendencia, explica Cercós, es la de proteger también el entorno de estos bienes, máxime cuando está compuesto por valores arquitectónicos culturales y artísticos singulares. Es por ello, que se está elaborando una “propuesta de incoación de expediente de declaración de conjunto histórico de todos los edificios y la zona que rodean a los dos bienes de interés cultural de La Solana”. Unos documentos que se espera estén listos a finales de año. Pero para ello se está también a la expectativa del transcurso de las excavaciones arqueológicas que se están llevando a cabo en la Iglesia de Santa Catalina. Y es que hay que tener en cuenta que en La Solana existe una fuerte apuesta municipal por la recuperación y restauración del patrimonio que comenzó en el año 1996 con la rehabilitación de la iglesia de Santa Catalina, la Plaza Mayor y su entorno, algo que ha conseguido llamar la atención la Consejería de Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla- La Mancha para poder trabajar en la obtención de la declaración de conjunto histórico. Así las cosas, fruto de este interés por la rehabilitación, el Ayuntamiento viene trabajando desde hace años en la recuperación de la iglesia de Santa Catalina, que data del primer cuarto del siglos XV, origen de los programas de restauración y de la apuesta por la conservación del patrimonio solanero.
Según el director de las obras de restauración, en la primera fase se trabajó en el exterior, la fachada y la cubierta para pasar a recuperara los hitos de la iglesia, como la torre del reloj o el chapitel de la torre del campanario, que se quemó durante la Guerra Civil y se reconstruyó en  1957 con una longitud mucho menor a la inicial. Sin embargo, es ahora cuando se están excavando los pies de la Iglesia después de que en los primeros trabajos se descubriera una puerta que daba acceso a una escalera de caracol que, según las crónicas históricas, pudiera ser “que estuviera vinculada a  la fortaleza en la que había una pequeña capilla de los tiempos de Reconquista, es decir, que hubo una iglesia entre la inicial y al actual”, explica Cercós. Y esa laguna histórica que recogen las crónicas es la que se podría descubrir a partir de las excavaciones del sotocoro.
 
Por ello se ha ejecutado el desmontajes de un coro “que se construyó en la década de los 50 en un lenguaje neogótico  con una pequeña calidad y materiales deleznables y que perjudica a la lectura de la nave principal de la iglesia.” Estas excavaciones, a cargo de la arqueóloga Cristina Lázaro, se extenderán hasta finales de junio y “tiene en vilo a los arqueólogos de la Junta porque ahora, con la crisis, hay muy pocas excavaciones en la provincia de Ciudad Real, y ésta es una de ellas”. Así, hasta la fecha se han encontrado tres elementos singulares. “Una cripta del siglo XVIII, una escalera de caracol y una muralla de cinco metros de longitud y dos metros de ancho construida a la manera medieval, con una hoja anterior, una exterior y un relleno”, apunta Cercós.
 
De esta forma, los trabajos culminarán en la creación de una especie de museo para que los ciudadanos puedan visitar la iglesia de Santa Catalina, conocer su historia y también la de la ciudad tal y como ya adelantara el alcalde de La Solana, Diego García-Abadillo. Y es que, como explica Cercós, La Solana “tiene muchas singularidades urbanísticas y una de ellas es que se ha dio vertebrando a partir de un territorio de fronteras en el que existen unos edificios defensivos que fueron creciendo y armando el tejido urbano de la ciudad”. Por lo tanto, se puede decir que “si hay algún testigo de todo lo que ha ocurrido en La Solana desde el principio, ese testigo es la iglesia de Santa Catalina”. Es por ello que la intención es crear un museo litúrgico en el que se recojan las piezas que se han salvado a través de la historia como cálices y ropajes que estaría situado en una de las capillas de la iglesia. Por otro lado, se crearía otro museo en la tribuna que se asoma a la plaza, marcada por la torre del reloj, “que nos alejaría del poder religioso para acercarnos al cabildo y al poder civil y donde se explicara cómo ha ido creciendo la ciudad, su desarrollo, la influencia de la iglesia y sus hitos en el desarrollo urbano de La Solana”, según Cercós.
Pero en La Solana todo el patrimonio y las infraestructuras están conectadas, “de nada nos sirve un centro histórico muerto, fantasma, sin vida”. Por esta razón son tan importantes las nuevas actuaciones que se están desarrollando en la localidad a través de la creación de una biblioteca, que ya está funcionando, y una casa de cultura, que esta en la segunda fase de las horas. Igualmente, el centro de tecnologías audiovisuales será otro de los nuevos elementos que habrá en La Solana que dotará de un cine de tres dimensiones, “donde antes había un cine y antes una bodega, en el que la gente se sentirá en un lugar único porque no hay en España otro cine igual” 

Robert Laffont, editor de libros


La columna de ayer de Mario Muchnik (PÚBLICO, 5 de julio de 2010, página 9; http://blogs.publico.es/tiemporeal) estuvo dedicada a Robert Laffont, editor de libros (más de diez mil libros en su curriculum) y tras su lectura, me sentí aliviado de no ser el único al que le pasan cosas como estas:

“Robert Laffont, fallecido en mayo de 2010 a los 93 años de edad, nunca tuvo fortuna, pero supo maniobrar con bancos, socios e inversores como para sobrevivir sin doblegarse y evitar desbarrancarse en los momentos más difíciles de su largo viaje. Un amigo y colega suyo, a quien consultó antes de fundar su editorial (dudaba entre ser editor o productor cinematográfico) le dijo: Hay dos modos de perder dinero. Uno, el cine; el otro, la edición. Con el cine, es más rápido. Con los libros es más prestigioso”.

A lo que yo tengo que apostillar que no son dos, sino tres, las formas de perder dinero. Tres, la arquitectura. Pierdes el dinero lentamente, pero es muy divertido.

“Es claro que Robert Laffont perdió dinero con ciertos libros, pero siempre supo evitar la quiebra con ideas nuevas y muchas valentía, aunque tuviera que asumir ser accionista minoritario”.

Lo dicho: la misma historia.

Luis Cercós (LC-Architects)
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luiscercos@hotmail.es

lunes, 5 de julio de 2010

Hemeroscopium house, Las Rozas (Madrid), 2005-2008

A medida que van pasando los años te das cuenta de la importancia que han tenido muchas de las personas que se van cruzado en nuestro camino. De una compañera de trabajo, en el primer estudio en el que trabajé, allá por el año 1989, me quedó el hábito ya irrenunciable a la lectura de la prensa diaria.

Quienes vayan siguiendo con cierta asiduidad este blog ya se habrán dado de que gran parte de las excusas para comentar, escribir u opinar, las extraigo del propio avatar diario. Comprar el periódico permite saber de la vida de otras personas y también de su muerte (son muchas las veces que aprovecho un obituario para comentar el admirable tránsito por este mundo de quienes nos van abandonando).

En el caso de hoy hablaremos de vivos y no de muertos. Me ha encantado el artículo de una sección aparentemente menor: “si los edificios hablasen”, que Patricia Gosálvez publica todos los lunes en la contraportada del suplemento madrileño del diario EL PAÍS (Madrid, página 16, 5 de julio de 2010) y que recoge en esta ocasión la magnífica casa que el arquitecto Antón García-Abril (ya citado en otras ocasiones en este blog) tiene en Las Rozas (Madrid, España). Responde la casa al sugerente nombre de Hemeroscopium (el lugar donde se ponía el sol para los griegos).

Durante el primer semestre de 2009 dedicamos gran parte de los recursos de nuestro estudio en diseñar una vivienda unifamiliar apilable y preindustrializada cuyo prototipo podrá ser construido próximamente en La Solana (Ciudad Real). No es, por tanto, casualidad que nos haya interesado el proyecto de García-Abril (2005-2008) que hoy muestra el diario, pues investiga y resuelve magistralmente la rápida ejecución de la obra y por tanto, supuestamente, reduciéndose considerablemente los costes:

Hemeroscopium se ensambló en siete días. Antes, García-Abril, pasó años “pensándola” y un par de meses prefabricando sus piezas en un taller”.

No conocía esta obra. Lo reconozco. Y tampoco, aunque podía presuponer a partir de sus proyectos, la interesante personalidad del autor. Comparto completamente la opinión de considerar una enorme suerte el hecho de construir tu propia casa:

“Eres como un científico que se inocula la vacuna sobre la que investiga”.

Pero sobre todo me interesa su lado más humilde. Aquel que le hace ser “supertolerante” con los propios errores:

“No me atrae la idea de perfección. Me gusta hasta lo que hago mal, porque me da la ocasión de arreglarlo”.

Con relación a sus influencias, no pude dejar escapar una sonrisa de complicidad cuando leí el nombre de dos inmensos maestros:

“Fisac e Higueras, porque eran libres”.

Ojalá nosotros, algún día, también alcancemos esa añorada libertad.

Luis Cercós (LC-Architects)
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domingo, 4 de julio de 2010

Nuevas ciudades del mundo (6): nacionalidad o ciudadanía





"Los inmigrantes han ayudado siempre a construir y defender este país. Ser americano no es un asunto de sangre o de nacimiento; es un asunto de fe, de una fidelidad compartida a las ideas y los valores que son tan queridos para nosotros".



(Barack Obama, 1 de julio de 2010).

El 13 de septiembre de 2009 escuché por primera vez, un concepto que caló en mi conciencia y que me convenció (Evo Morales, presidente de la República de Bolivia, Plaza de Toros cubierta de Leganés, Madrid):

“Europa y Occidente no pueden ni deberían considerar "ilegales" a los ciudadanos que llegan de otros países para "buscar una vida mejor". Todos tenemos derecho a habitar en cualquier parte del mundo respetando las normas de cada país".

En la misma línea, hace aproximadamente un par de meses, durante un almuerzo de la Fundación Carlos III tuve oportunidad de escuchar del actual embajador de Ecuador en España, D. Galo Chiriboga Zambrano, una relevante intervención que incluía interesantes aportaciones sobre los viejos conceptos de nacionalidad y ciudadanía, dando preeminencia a la segunda (conjunto de los ciudadanos de un pueblo o nación) sobre la obsoleta definición de la primera (naturales de un pueblo o nación, bien por nacimiento, bien por derecho de sangre).

Pero de poco servirían estas iniciativas si no son arropadas por los países más poderosos. Por esto fue especialmente satisfactorio para mí leer parte del discurso que Barak Obama (¡no todo en él va a ser desilusionante!) pronunció el pasado jueves, en el que reconocía que una deportación masiva de los más de 11 millones de personas en situación irregular en los EE.UU. resultaría extremadamente caro (no sólo en términos estrictamente económicos) y rompería la fibra social de la sociedad norteamericana.

“Es necesario un sistema de inmigración para todo el país que "refleje nuestros valores como un Estado de Derecho y un país de inmigrantes".

Y abierto el debate, muchos empiezan a sumarse al discurso presidencial. Michael Bloomberg, alcalde de Nueva York, es uno de los principales defensores de una reforma radical de la ley de inmigración:

“Sin una reforma migratoria este país no tiene un brillante futuro por delante. Estamos dejando fuera a los mejores, a los más brillantes, a personas que viene con espíritu empresarial y a crear puestos de trabajo”.

Luis Cercós (LC-Architects)
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sábado, 3 de julio de 2010

Arquitectura, geometría, pompas de jabón, música y restauración de edificios




La especie humana en su conjunto, ya sea africana, sudamericana, europea o asiática, es fundamental y obviamente, humana. Viene a cuento esta absoluta perogrullada de la sintonía que descubro diariamente con hombres y mujeres que ejercen profesiones aparentemente muy alejadas de la mía. Pero sólo aparentemente.

Así, por ejemplo, la arquitectura efímera (aquella referida al diseño de construcciones con fecha de caducidad preprogramada: recintos feriales, eventos, exposiciones temporales) tiene enorme relación con el trabajo de un artista único en su profesión: Pep Bou (Granollers, España, 1951), el domador de pompas (EL PAÍS, Babelia, 3 de julio de 2010, página 3).

“Nunca he dejado de hacer geometría”


Domador y moldeador de lo absolutamente efímero (“si el ambiente es húmedo, las pompas de jabón duran un minuto y medio, y si es seco, algo más de 20 segundos”) fue, antes que titiritero, mira tú qué casualidad, arquitecto técnico.


Le acusan de que lo suyo es un espectáculo infantil. Su explicación es concluyente:

“Los niños lo que de verdad quieren es ver como explotan las burbujas. Los adultos, en cambio, se quedan prendados de la belleza efímera de las pompas”.

Es decir, como la vida misma.

Y algo parecido me ha ocurrido cuando he sabido de la existencia de un músico de Malí que responde al nombre de Toumani Diabaté (1965), quien parece salido del estrado de los cursos y aulas de la Universidad de Alcalá, donde estudié hace ya muchos años, Restauración y Rehabilitación de Patrimonio:

“La música (los edificios) que nosotros tocamos viene del pasado, sí, pero sirve al presente y se proyecta hacia el futuro”.

Lo dicho, me encanta estar de acuerdo con toda esta gente maravillosa.

Por cierto, no parece que sea simple casualidad, el hecho de que Pep Bou viva en un viejo caserón rehabilitado de paredes blancas (ayer) y mínima decoración (hoy):

"Yo crecí en el campo, cerca de aquí, y tenía la necesidad de volver a mis raíces".



El gozo del arquitecto

El pasado jueves 1 de julio, Vicente Verdú, a propósito del comienzo en el próximo otoño de las inauguraciones de los distintos edificios de Peter Eisenman que van a conformar la futura Cidade da Cultura de Galicia titulaba su artículo (EL PAÍS, vida & artes, página 38) “el gozo del arquitecto”.

“El arquitecto y casi todos los humanos –sean artistas o no- disfrutan en dos circunstancias extremas. Para los arquitectos, la primera se concreta en aquellos casos en que la dificultad del emplazamiento, la irregularidad del solar o la severa presión del presupuesto le oponen resistencia y le retan para salir finalmente airoso. Es la parte sacrificial pero heroica, masoquista pero de puro maçon.

La segunda circunstancia, mucho más infrecuente, es aquella en la que a disposición del señor arquitecto se halla todo en lo que un profesional podría soñar. Materiales, Libertad, Dinero, Salud y Reverencia.

De la primera opción, si acaba en éxito, nace una perla engastada. De la segunda, se alza, resultando triunfal, una histórica obra maestra”.

¿Pues qué quieren que les diga? No estoy en absoluto de acuerdo con la opinión del articulista en lo referido a las causas que producen el disfrute del artista ante la obra proyectada o ante el futuro edificio en construcción. En mi opinión, la sensación de placer no se encuentra tanto en la capacidad de resolver los propios problemas del oficio como en la sensación de alcanzar pequeños detalles de equilibrio formal, conceptual, innovador o simplemente arriesgado.

Ocurre en el ejercicio de la arquitectura algo parecido a lo que sienten los verdaderos aficionados y algunos toreros en tardes de poco éxito y mucho riesgo. Ya contaba en otra ocasión mi paulatino alejamiento de las plazas de toros, pero recuerdo con cierta añoranza la sensación de satisfacción que dejaba en ciertas localidades de aquellos poblados tendidos de Madrid cualquiera de las múltiples circunstancias que se pudieran producir en un instante de la lidia. Momentos irrepetibles y que, en la mayoría de las ocasiones, resultaban completamente imperceptibles para el gran público.

Si la obra maestra (una histórica obra maestra, como dice Verdú) quedase reducida a las obras de gran presupuesto, nos habríamos perdido las maravillosas historias que cuentan, por poner sencillos ejemplos, John Ford en El hombre tranquilo (The quiet man, 1952, ver fotografía), Jean Renoir en Esta tierra es mía (This land is mine, 1943) o Delbert Mann en Marty (1955).

Y retornando al mundo de la arquitectura, si la obra máxima y/o definitiva de un autor (como dice Verdú en otro párrafo de su artículo), tiene que ver simplemente con la dedicación exclusiva del autor o con el presupuesto que maneja, no seguiríamos estudiando en las escuelas de arquitectura, obras maestras absolutas como las que englosan la lista de las aparentemente sencillas casas que forman parte de la historia irrepetible e irrenunciable de esta disciplina.

Luis Cercós (LC-Architects)http://www.lc-architects.com/
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